Volvemos a casa, a nuestra adorada casa de campo. Tan regeneradora como el Océano y con un gran poder relajante. Volvemos a estar en nuestro confortable nido y seguimos disfrutando de los largos días que nos regala este periodo estival. Ahora, es el momento de disfrutar de los amigos, que nos visitarán pronto, de los interminables aperitivos y de las siestas en la hamaca. Me gusta situarme bajo la glicinia para merendar, es uno de mis lugares preferidos. Esta planta es realmente fascinante. ¡Ha duplicado su volumen en solo dos años! Es hermosa e imponente y nos acoge bajo su sombra.